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La seguridad no empieza cuando el vehículo enciende: empieza antes. En Grupo Empresarial Montaña planificamos cada servicio con una hoja de ruta clara, tiempos realistas, puntos de recogida verificados y un canal de comunicación permanente. Este paso cero evita improvisaciones y reduce incidencias, especialmente en servicios con múltiples paradas o en vías con obras. Además, documentamos todo: desde la disponibilidad del conductor hasta la validación de cada permiso.
Cada salida se apoya en un checklist preoperacional: niveles de fluidos, estado de frenos, luces, llantas, triángulos, botiquín, extintor, cinturones, aire acondicionado y limpieza. Este control, sumado a mantenimientos preventivos por kilometraje y horas de uso, garantiza que los vehículos no solo “pasen” la revisión técnico-mecánica, sino que trabajen dentro de sus parámetros óptimos.
Nuestros conductores cuentan con licencias C2/C3, cursos de manejo defensivo, primeros auxilios y atención al usuario. La experiencia pesa, pero la formación continua hace la diferencia. Simulamos escenarios de riesgo, repasamos protocolos y evaluamos desempeño con métricas objetivas (consumo, frenadas bruscas, puntualidad, trato al pasajero).
El monitoreo por GPS y los límites de velocidad configurados por ruta nos permiten reaccionar y prevenir. Si hay congestión, redirigimos. Si una vía se bloquea, comunicamos alternativas. Si el clima cambia, ajustamos tiempos. La gestión de riesgos no es un documento: es un equipo mirando la misma pantalla con el mismo objetivo.
En rutas escolares, añadimos controles específicos: listados de alumnos, responsable en cada parada, verificación de cinturones y comunicación con acudientes. La trazabilidad es total: sabemos quién subió, dónde bajó y a qué hora. Para las familias, eso es tranquilidad; para nosotros, es un estándar no negociable.
El confort también es seguridad. Una cabina limpia, climatizada y silenciosa reduce el estrés y la fatiga. En viajes largos, programamos pausas activas para conductor y pasajeros. Además, tenemos protocolos de higiene y desinfección que se mantienen vigentes, porque la salud es parte del viaje.
Ante imprevistos, el protocolo manda: vehículo de reemplazo, soporte de carretera, red de aliados y comunicación clara con el cliente. No prometemos que nunca pasará nada en la vía; prometemos estar preparados para resolverlo con rapidez y respeto.
La cultura de seguridad se cuida desde adentro: incentivos por conducción responsable, retroalimentación respetuosa y cero tolerancia con prácticas inseguras. La reputación se gana ruta a ruta; por eso, cada colaborador es guardián de nuestros estándares.
Trabajamos con matrices de riesgos por tipo de servicio (escolar, empresarial, turístico, eventos). No es lo mismo un traslado urbano en hora pico que un tour de montaña; los controles se adaptan, el cuidado no se reduce.
Conclusion
Al final, seguridad es confianza verificable. Invitamos a auditar nuestros procesos, a conocer nuestra flota y a conversar con nuestro equipo. Cuando los pasajeros se suben a un vehículo Montaña, se suben a un sistema completo que los cuida antes, durante y después del viaje.